Hoy vuelve Carlos J. García Müller a reflexionar sobre la relevancia de los protocolos, extrapolando la crisis actual que estamos viviendo respecto a la gestión del Ébola. Un ejemplo mas que ilustrativo y contundente.
Efectivamente, es un suceso que requiere mucho mas que una reflexión, nos obliga a cuestionar muchas otras cosas, de orden mas cotidiano, con las que operamos con la misma indolencia, falta de previsión y profesionalidad que nuestros representantes políticos.
Es un verdadero privilegio para mi contar con el apoyo y la colaboración incondicional de este reputado Profesor de EOI Escuela de Organización Industrial y su inconfundible manera de ilustrar su saber.
El Ébola en la red
Como todos sabemos, ahora mismo hay una gran preocupación en nuestra sociedad por un virus con alta tasa de mortalidad llamado Èbola. El cual no se transmite por el aire, pero esta haciendo estragos en la zona del golfo de Guinea (África).
Aunque el gran problema, no es la enfermedad, las cuales siempre han existido y existirán, sino el pánico, el terror de la población ante las noticias, algunas exageradas sobre dicha pandemia. Cierto es que tiene su gran importancia, pero los grandes problemas se resuelven con profesionales y sobre todo con calma y sangre fría.
En Internet también circulan muchos “virus”, troyanos, espías, etc. Algunos son más peligrosos que otros, más aún por ser desconocidos por el gran público. Si bien, se sospecha que dichos virus informáticos son producidos por las propias empresas de antivirus, también es verdad que muchos programadores, maliciosamente o no, los programan como retos, o por simple diversión.
Que puede hacer la empresa, que hoy en día esta ligada directamente o indirectamente a Internet. Sencillamente ha de tener en cuenta que no hay que entrar en el pánico, pero tampoco ser descuidado. Los errores y los ataques ocurren, a veces son inevitables, pero como ocurren en las pandemias infecciosas, es obligatorio tener unos protocolos de actuación, los cuales han de ser elaborados, y sobre todo, actualizados para que al menos sepamos reaccionar positivamente ante el problema, o por lo menos minimizarlo.
Dudo que este virus acabe con la humanidad, aunque es posible que cualquier otro que aparezca lo logre. Mientras tanto, solo podemos prevenir y estar lo mejor preparados ante esas contrariedades que la propia naturaleza nos lanza.
Y una última reflexión:
Es inadmisible no aprender de dichos ataques, reales o virtuales, porque hay más probabilidad de superar la siguiente crisis si hemos aprendido de nuestros fallos y documentamos nuestros aciertos.