Este es mi manifiesto para una vida 2.0.
Los que hemos transitado durante un tiempo con lo puesto y apenas una mochila a cuestas, descubrimos el valor esencial que adquieren los pequeños gestos y las cosas inmateriales.
Los objetos caros para mi no tienen ningún valor. Lo valioso no es sinónimo de caro.
Porque en caso de incendio, es seguro que serían otras cosas las que elijarías para salvar, cosas sin valor material, pero únicas para ti. Y en esto también puedo dar fe.
En esos escasos momentos que tienes para coger lo indispensable y salir corriendo, piensas en fotos antiguas, cartas de amor, un vinilo único que encontraste en el rastro, tu vieja mochila, ese viejo gorro que no se separa de ti, en la bufanda que te tejió tu abuela.
A lo largo de nuestras vidas, coleccionamos muchos objetos, ingentes cantidades de nada llenando cajones.
Ni siquiera el móvil pasa a ser lo esencial, hoy toda la información que contienen está en las redes y siempre lo estará. Incluso a pesar tuyo.
Porqué un manifiesto 2.0
- Porque la tecnología muchas veces nos hace olvidar estas pequeñas cosas inmateriales tan genuinas y valiosas.
- Porque al mismo tiempo, las redes nos permiten construir y volcar todo nuestro relato vital.
- Por ese carácter eterno e irrevocable que tiene internet.
- Por esa necesidad de preservar y cuidar lo que somos frente a presencias desconocidas.
- Por la posibilidad de compartir, solidarizarnos y descubrir a otros a través de la red.
- Por esa identidad que vas construyendo a golpe de teclas y que transciende al mundo entero en cuanto lo subes a la red.
Esta es tu vida 2.0
Tus risas, tu energía, tus lágrimas, tus pérdidas, tus acontecimientos, tu felicidad; son estados transitorios como una primavera a otoño, o grabados para toda eternidad en tu Facebook, tu Twitter, tu web que frecuentas.
Vive tu vida en el presente, de momento a momento, como todos una vez hacíamos, pero cuida de esa nueva constancia que prevalece.
Tu información personal es una parte de ti, forma tu identidad; es quien eres. Se precavido.
Regala quien eres a tus amigos, a tu familia, a quienes te quieren y se preocupan por ti. Cuida de tu persona con aquellos que desconoces; tus intereses no siempre los tendrán presentes.
Sonríe mucho y comparte esa felicidad en abundancia, no te costará nada, aunque siempre haya alguien que desee cobrar por ello.
Perdónales, igual que perdonarías a quien te haya hecho mal, porque perdonar a otro finalmente es perdonarte a ti mismo.
Viaja. Conoce el mundo. No solo el pueblo de al lado o la costa más cercana. La generosidad más abundante y segura se encuentra bajo un techo de hojalata.
Cuida de tu cuerpo y come bien. Pero con gusto. Duda de todo consejo que te haga infeliz, venga de quien venga. La felicidad es tu mejor medicina.
Comparte. Tus sueños y tus pasiones. Tiene razón quien dijo: «Somos el universo expresándose como un ser humano durante tan solo un momento». Pero de vez en cuando mira hacia arriba. Un “Like”o una métrica no siempre es el mejor modo de compartir el milagro de esa expresión.
Quiérete mucho. Unos se irán y otros vendrán, los mejores se quedarán, pero tu siempre estarás ahí para ti, y siempre serás tu mejor amigo.
Tu vida no es un haiku. Pero aprenderías mucho si lo fuese. Deshazte de todas las preocupaciones que con 4 años no sentías. Pero se sabio, mantente informado.
La vida es corta. Disfrútala y cuida de tu información.
Tu información tiene un enorme valor en el mundo 2.0.
Lo que expresas, sueñas, disfrutas o lamentas y que compartes en las redes, forma parte de ti, de tu historia y de tu esencia.
Cuídate.
Eres libre de expresarte, de obsequiar a los demás con tus ideas, de compartir tus instantes preferidos, pero hazlo de manera segura y responsable.
Quiérete.
Defiende tu privacidad. No es una moneda de cambio.
No hay ningún servicio o app que valga tanto como tu vida privada: decide que quieres compartir, no dejes que te lo impongan.
Elige buscadores, webs y servicios de confianza y que respeten tu privacidad.
Controla la información que vuelcas en la red. Tu vida te pertenece solo a ti, elije cuidadosamente con quien la compartes.
Respeta la privacidad de otros, no abuses de la confianza de otros publicando información sin su consentimiento.
Aprende a ser un ciudadano 2.0.
- Libre, pero consciente.
- Abierto, pero responsable.
- Accesible, pero no sobreexpuesto.
Y sigue disfrutando del placer de compartir y descubrir.
“The Life 2.0 Manifesto”
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