Dicen que la brillantez reside en la capacidad de hacer sencillo lo difícil, de hacer comprensible lo inteligible y esta es sin duda una de las cualidades más notables de Carlos Javier García Müller, profesor del EOI Escuela de Organización Industrial, formador en emprendimiento, comercio internacional, economía digital, marketing y gestión comercial y habilidades directivas. Columnista.
Sus artículos destilan siempre rigor y mucho pavimento recorrido, una combinación que ha consagrado su reputación y explica mi entusiasmo por tenerlo aquí, en el espacio de los expertos, aportando su mirada.
Siempre es un regalo contar con mentes tan preclaras y al mismo tiempo, tan cercanas.
La mujer del Cesar
Existe la anécdota, la cual nos habla de que la mujer del Cesar, no solo ha de ser decente, sino parecerlo. Algo de ello hemos de intentar conseguir en las empresas, ya que no es suficiente que sean legales, también han de demostrarlo.
Obviamente, tenemos que cumplir unas reglas o unas obligaciones, las cuales nos marcan cuales son las líneas legales que tenemos que cumplir, y sobre todo, las consecuencias de sus incumplimientos. Como aquel dicho, el desconocimiento de las leyes, no exime de su cumplimiento. Por lo tanto, hemos de tomar medidas para anticiparnos ante de que sea tarde, e informarnos de los pasos y requisitos que hemos de hacer. Es importante el prevenir, antes que curar.
También hemos de afrontar que la decencia es una forma más de ofrecer calidad a nuestros clientes. No solo ya, aquella que nos obliga la administración, sino la que nosotros podemos ofrecer como un valor añadido de nuestra empresa.
Todos sabemos que el mayor miedo que existe en la red, trata sobre la seguridad a la hora de comprar y vender. Por lo tanto, toda garantía que podamos ofrecer, será poca ante un escenario, cada vez más cambiante, y sobre todo complejo, no ya para aquellos que estemos familiarizados con el, sino para los usuarios que recién empiezan a manejarse en este nuevo mundo.
Por ello, no es suficiente con ser honestos, hemos de comunicarlo a los cuatro vientos, porque no es basta con hacer las cosas bien, sino también, transmitirlo a la sociedad.
De nada sirve ser buenos profesionales, si los demás lo desconocen.
La ética y la legalidad, la hemos de apreciar como una inversión rentable, no solo ante nuestros clientes, también para marcarnos que estamos en el camino correcto.
Autor: Carlos Javier García Müller
Un comentario
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