¿Que tiene que ver el marketing con Ulises?
Pues verás.
A mi me encantan las leyendas, la historia de Ulises y Penélope, es una de mis preferidas de la Odisea, la representación mítica de la lealtad y confianza que debe existir en una relación.
He recreado la relación entre el Marketing (Ulises)y la LOPD, (Penélope) y reinterpretando la historia, según mi afiebrada imaginación.
Una historia de esperas y desesperos
Penélope llevaba mucho tiempo esperando a Ulises, pero Ulises se resistía a franquear la distancia que lo separaba de ella.
Huyendo de la resignación, Penélope decide salir al encuentro del esquivo Ulises.
Tal y como esperaba, Ulises era digno de la reputación que le precedía, tenía una gran tropa que le seguía donde fuera y confiaba en él.
Se acercó impaciente al indiferente Ulises.
-¡Ulises!, estas librando una batalla compleja, yo puedo ayudarte, puedo darte nuevas armas para defender tu territorio, tu tropa demanda protección y yo puedo hacer que se sientan seguros.
Ulises la mira con recelo e intenta controlar su impaciencia , busca las mejores palabras para no desagraviar a la entusiasta Penélope.
-Penélope, no necesito tu ayuda, aunque agradezco tu intento, mi tropa ha de confiar en mi, no necesito nada más que su confianza para que me sigan. Espero que se fíen de mi por lo que hago por ellos, no porque lo dicte una ley.
– Pero Ulises, no puedes generar confianza si desprecias las leyes que protegen a tu tropa y que defienden sus derechos ¿Es que no ves la contradicción?
-No insistas tenaz Penélope, creo mucho en la honestidad de las personas… sin leyes de por medio.
Penélope no estaba dispuesta a marcharse dócilmente, había recorrido grandes distancias para llegar hasta Ulises y no era mujer de sumisiones ni amiga de la resignación.
– ¡Pero Ulises! ¿No te das cuenta que ambos defendemos lo mismo? El campo de batalla ha cambiado en la era digital, cada vez hay más clanes, mas guerreros, más instrumentos que amenazan la privacidad de las personas, ¿Cómo distinguir que clan nos defiende y cual no?
Ulises se aferraba a sus creencias, creencias que siempre le habían funcionado, no estaba dispuesto a admitir otros argumentos y menos si se trataba de leyes. Pero Penélope sujeta las suyas y tampoco está dispuesta desistir sin luchar.
-¿Cómo puedes demostrar que eres confiable a quien no te conoce? ¿Cómo puedes pedirles que sigan tus instrucciones si no les explicas los riesgos que asumen? ,¿Cómo puedes explicarles tus herramientas sin advertirles sobre la manera correcta de utilizarlas? ¿y como puedes pedirles que respeten los derechos a la protección de los demás si los desconocen?
Ulises observa divertido el afán y la tenacidad de Penélope en entregarle aquellas armas tan valiosas que decía poseer, pero él , que era hombre de convicciones y siguió convencido que no las necesitaba.
¿Una historia imposible entre la LOPD y el Marketing ?
Quizás tu también seas un Ulises escurridizo que piensas que hay que “presuponer” la confianza. Con este mismo argumento, tampoco debería ser necesario tener un carnet de conducir, podríamos presuponer que si coges un coche es porque sabes conducir, y tampoco harían falta los controles de sanidad en los restaurantes, deberíamos presuponer que todos cumplen las normas sanitarias.
No basta con ser, hay que parecer
¿Crees que tenemos que dejar la confianza y la seguridad de nosotros y de nuestros usuarios a una cuestión de fe, por mucho que la merezcas?
Necesitas dejar evidencias claras de tu compromiso por la privacidad y los derechos de las personas que confían en ti.
No basta con ser confiable, también has de parecerlo.
La LOPD y la LSSI hablan tu mismo idioma y sujetan tus mismos principios ¿qué sentido tiene mantenerse al margen?
Si gestionas datos de personas, debes garantizarle de manera efectiva, que respetas sus derechos, que sabes gestionar de manera responsable sus datos y no esperar que confíen en ti a ciegas…¿no crees?
Imagen: José Manuel Rios Valiente
4 comentarios
Para comenzar, me gusta más la Penelope de carne y hueso que la de la ficción, aunque parece salida de una película de Pedro Almodovar paseando con sus tacones por caminos rurales de La Mancha en busca de su Don Quijote en vez de Ulises.
Centrándonos en el artículo, Penélope demuestra su tenacidad ante un hombre que sólo ha conocido en su vida la honestidad y la lealtad de todos aquellos que le acompañan, pero que nunca ha salido de las fronteras que rodean su mundo de mitos y luchas, desconociendo que los peligros no sólo pueden venir en forma de espada, flecha o lanza, si no que le pueden llegar desde lugares de un mundo desconocido en la tierra, el digital, en donde la gente no tiene cara y eres embaucado sin saber por quien y por qué.
Gracias a Zeus, tenemos a la persistente y bella chica almodovar, Penélope, que aunque en la historia no lo dice, en la versión no autorizada de la misma, Ulises se deja embaucar por ella y, sin que sus hombres lo sepan, ya que no quiere perder su condición de macho alfa por dejarse aconsejar por una bella Nereida, en una velada íntima, sin sexo (joder, que no todo se consigue con sexo), pues es más romántica con velas y unas copas de oro con buen vino de Grecia, Ulises se deja embaucar por los consejos de Penélope.
Y tras esa noche gana en confianza y respeto entre sus hombres, pues los secretos que llevaba en su destartalado bolso la bella Penélope se los había transmitido al Gran, pero cabezota, Ulises y con ello consiguió no solo ganar a las lanzas, espadas y flechas, si no a su propia fe, la cual antes de conocer a la persuasiva Penélope, estaba limitada a su única fe, y desde entonces siempre que emprendía una nueva odisea, junto a sus hombres y sus armas, le acompaña su arma secreta más fiel y mejor guardada, los consejos que le había dado su amada Penélope y que le hacía invulnerable frente a armas tan poderosas como la ignorancia, la confianza en algo desconocido, los ataques de astutos cibernautas, y todo aquello que la bella Penélope le había descubierto en aquella noche a la luz de las velas, los Dioses de El Olimpo y de las olas del Mar Jónico: el poder de confiar en alguien más sabio que el en lo que su fuerza no le había enseñado en tanta aventura.
Esperanza significa tener fe, y fe significa creer en algo que no ves, y eso que no ves es lo que de da fuerzas para seguir soñando!
Por su puesto, yo soy lobo, pero en este caso me identifico con Penélope, ante la que he sucumbido por sus encantos a la hora de convencer para aceptar sus consejos.
Buenos días Jose!
Tu comentario merece un post propio, tiene entidad para serlo. Es gratificante saber que estas alineado con Penélope. Me ha encantado tu descripción «le hacía invulnerable frente a armas tan poderosas como la ignorancia, la confianza en algo desconocido, los ataques de astutos cibernautas» Limitar la confianza a la fe está muy bien para muchas relaciones, pero cuando se trata de entornos digitales, hay que saber generar evidencias que garanticen la confianza y que permitan a los usuarios identificar con facilidad, que webs o blog merecen nuestra confianza y cuales no.
Gracias infinitas por comentar con tanto entusiasmo y creatividad,
Gracias por otro comentario original y muy bien enfocado Marina. Creo que hay muchos Ulises en nuestro día a día, por suerte también encontramos Penélopes como tú 😉
Hola Carlos!! siempre es una alegría encontrarte aquí.
Creo que hay demasiado Ulises para tan poca Penélope, ese es el problema.
Un gran abrazo y gracias por estar tan cerca.
Un abrazo