Hoy quiero que hablemos de reputación digital, de los nuevos retos profesionales que imponen los nuevos entornos digitales y quiero invitarte a participar de este melón que se abre cada día, si, concretamente, cada vez que alguien la lía parda en las redes.
Llevo mucho tiempo leyendo y asistiendo a ponencias en donde se asume que el mundo laboral tal como lo concebimos hasta ahora está en vías de extinción, y si eso supone no tener jefes mediocres encima que se agencien tus logros o que obstaculicen el que los tengas, me parece estupendo, pero no, esos seguirán estando 😒, lo que cambia es otra cosa.
Los servicios de Internet (redes sociales, blogs, foros, wikis, microblogging, etc.) constituyen canales multidireccionales y abiertos, que permiten a sus usuarios otros niveles de interacción y comunicación, a la vez que ofrecen nuevas posibilidades de colaboración, expresión y participación.
Y también, suponen grandes riesgos asociados a la reputación.
Internet es un gran escaparate con una capacidad volcánica: puede remar a tu favor o poner tu mundo patas para arriba, vamos, un Chernóbil en toda regla.
Lo que está muy clarinete es que será complicado pensar en una existencia laboral fuera de la red.
Y que el autoempleo será la norma y no la excepción, vamos, los «tontónomos» como servidora seremos legión.
¿Qué hay peor que la ceguera? La falta de visión, porque en el mundo digital, la visión tengas de tu entorno y de la gestión de tu reputación digital marcará la diferencia.
El paradigma digital: el cambio de visión
Reconozco que veo muchos profesionales que están en la parra de la digitalización, vamos, en modo avestruz integral.
y una obviedad:
«Para avanzar en el nuevo escenario , tienes que comprender el cambio de paradigmas que se presenta en una economía digital y las visiones que debes abandonar para asumir otras».
👉Lo primera visión que tienes que desechar en este nuevo escenario digital es la del empleado. La versión del empleado se está diluyendo para asumir nuevas formas vinculadas al autoempleo y eso significa empezar a espabilar y aprender a consolidarnos como profesionales digitales autónomos.
Por otra parte, si analizas la palabra “empleado” y comprendes que tiene como sinónimos términos como “usado, gastado, utilizado, manido, deslucido” es posible que descubras que tampoco es que seduzca mucho esta visión del “empleado”🤭.
En cualquier caso, ya sea que trabajes para ti o para otro, no puedes prescindir de ese “yo digital” que será requerido y analizado para cualquier alternativa laboral.
👉La segunda visión que debes desechar es la del marketing tradicional. Los consumidores son cada vez mas inmunes a la intrusión publicitaria y cada vez más selectivos.
El marketing efectivo radica en el consentimiento y el protagonismo de los usuarios sobre sus decisiones comerciales.
Por tanto, debes abandonar esas caducas percepciones y adquirir la visión de un profesional digital que en lugar de perseguir usuarios, se enfoca en atraerlos.
Tienes que encontrar nuevas formas de llegar a tus usuarios y potenciales consumidores que no pasen por avasallarlos, debes sustituir el marketing de imposición por el marketing de atracción.
“El marketing extraordinario es el arte de construir cosas –como un producto o un servicio– en las que vale la pena fijarse. No se trata de aplicar el marketing de cualquier manera, como un añadido de última hora, sino de entender que su oferta si no es extraordinaria, es invisible” Seth Godin
Y no olvidarte nunca de los derechos de esos usuarios.
¿Qué significa ser un profesional digital?
Visto el panorama actual, la alternativa no es otra que consolidarnos como profesionales digitales.
¿Eso qué significa?
A ver cómo te lo explico…🤔
Convertirse en un profesional digital significa no solo saber operar con las nuevas herramientas tecnológicas y sociales en el ámbito de la red, para mi significa esencialmente construir una identidad profesional digital sólida.
Y eso es lo realmente complejo.
No basta con ser bueno en lo que haces, necesitas además que el resto se entere de ello. Necesitas por tanto dos grandes habilitadas:
- Construir una reputación digital sólida.
- Dominar el arte de la visibilidad.
Yo de pequeña, si tenía que elegir un poder, me decantaba por la invisibilidad, hoy, paradójicamente, batallo por conseguir el poder de la visibilidad, porque seamos claros, ser visible en las redes es todo un superpoder.
Y nada sencillo.
Pero como todo gran poder, entraña una gran responsabilidad: la de la gestión inteligente de la reputación digital.
Como profesional digital, no existes a menos que hayas construido una identidad digital (imagen que difundimos) y consolidado una reputación digital (como nos ven las demás personas) y donde, paradójicamente, se llega al punto en donde importa menos Quien eres que Quien dicen los demás que eres.
Por tanto, la reputación digital es «la opinión o consideración social que otros usuarios tienen de la vivencia online de una persona o de una organización»
Como construir una reputación digital sólida
Ya sabemos que internet es una especie de jungla con toda clase de fauna ¿Cómo puedes tú construir una reputación digital sólida?
Pocos profesionales son conscientes de que un negocio digital significa gestionar muchas identidades digitales.
En mi experiencia, he aprendido a distinguir perfectamente a los profesionales que conocen la dirección que deben asumir para consolidar su reputación digital potente y sana y tienen algunos denominadores comunes.
10 claves que definen una fuerte reputación digital
- Se esmeran es ser más competitivos y tener una estrategia sostenible, segura y respetuosa.
- Ponderan la calidad por encima de la cantidad.
- Establecen objetivos a largo plazo.
- No buscan atajos, ni trucos para inflar artificialmente el número de miembros de su comunidad.
- Asumen una gestión consciente de su propia reputación digital, analizando y cuidando todo lo que suben y comparten en la red.
- Definen sus propios códigos éticos de comportamiento recomendando a sus usuarios pautas de actuación claras.
- Se apartan de lanzamientos humo y de discursos que apelan al pensamiento mágico y primario de buena parte de la población (todos conocemos algunos…o muchos de estos profesionales)
- Desarrollan códigos de conducta internos en la gestión de la identidad digital corporativa , que sean eficaces y comprometidos con los derechos de los individuos..
- Construyen espacios digitales que propician la confianza y credibilidad de sus usuarios.
- Se esmeran en no defraudar la expectativa social de los usuarios y consumidores que interactúan digitalmente con ellos.
Esos denominadores comunes son los que transmiten credibilidad y confianza en su identidad digital y ayudar a reforzar su reputación.
Analiza a los profesionales digitales que conoces, seguro que encuentras a alguien que es portador de esos signos que lo identifican como un verdadero profesional digital.
Esos denominadores comunes son los que permiten establecer una barrera en la manera en que nuestros usuarios de perciben. También son los que marcarán las expectativas de supervivencia.
Los retos del nuevo profesional digital
Hay algo clave en la era digital: la información.
Si pretendes consolidarte como profesional digital debes ser un eficaz gestor de información, en especial, de información personal.
Cuando un negocio se desplaza a entornos digitales, su mayor activo lo constituye la información personal. No saber gestionarla adecuadamente es la torpeza mas contundente que puedes cometer.
No es casual que el nuevo reglamento de protección de datos europeo refuerce los derechos de los usuarios e imponga más obligaciones y diligencia a los prestadores.
Llevo tiempo navegando en este océano digital y durante toda esta travesía, me he cruzado y relacionado con muchos otros navegantes. Muchos de ellos, grandes navegantes con sólidas naves, otros, con bastante menos pericia, creyendo que pilotan un buque acorazado cuando lo que yo veo es una barquita de cartón muy precaria haciendo aguas.
¿Dónde está la diferencia?
Principalmente, en que los primeros se esmeran en generar evidencias de profesionalidad y rigor en todas y cada una de sus acciones. Los segundos exigen a sus usuarios un acto de fe.
Uno de los mayores delatores de este tipo de profesional digital radica en el celo con que gestionan la información personal de los demás.
Como boicotear tu reputación digital, a lo tonto
Hace poco, dos profesionales muy cercanas a mí me mandaron a través de sus respectivos boletines una invitación para participar del webinair de otra profesional que les pidió ayuda en la difusión de su evento.
Menudo disgusto, primero el mío, luego el de estas dos profesionales que se prestaron generosamente a la difusión al descubrir que el evento no ofrecía ninguna garantía legal.
No digo que esta profesional no fuera ética, solo afirmo que no permitía a los posibles asistentes tener indicios claros de que lo fuera. Mas bien carecía de todos ellos.
Concretamente, no había ningún elemento que generara evidencias de que esa profesional se había esmerado en conocer los derechos de usuarios y posibles asistentes.
Entre los errores imperdonables, puedo citar los siguientes:
- No informaba que iba a hacer con los datos de los inscritos a su webinair en ningún momento ni en ningún lugar.
- Tampoco informaba como el usuario podía cancelar su información correspondiente a la inscripción.
- No validaba mediante doble opt-in a los inscritos, por tanto, tampoco podía acreditar la voluntad ni evitar inscripciones fraudulentas.
- No solicitaba el consentimiento de los inscritos con su política de privacidad.
- No tenía establecido procedimiento para la revocación del consentimiento en caso de que se produjera.
Por tanto, así de sencillo es dinamitar la imagen de un profesional, o al menos, perder mucha credibilidad, en la era digital, no basta con ser serio, también hay que parecerlo.
Principios fundamentales para consolidar tu reputación digital
Uno de los aspectos más importantes a la hora de consolidar una reputación digital es saber gestionar ese caudal de información personal que constituyen las redes, para eso, debes aprenderte de memoria los principios básicos que marcan la diferencia entre un buque acorazado y un barquito de papel.
Sin duda no son los únicos, en la reputación digital intervienen muchos otros factores, no obstante, pocas veces se habla de las los elementos vinculados a nuestra web , que es el escaparate visible de nuestra imagen digital y a nuestras estrategias de captación.
Cómo he hablado de este tema hasta la saciedad, no voy a ser cancina explicando nuevamente la importancia de conocer y aplicar los principios regales que regulan las relaciones entre prestadores y usuarios, pero si quiero que conozcas un nuevo proyecto en el que me he embarcado junto con dos grandes profesionales y amigos del mundo digital, expertos ambos en reputación digital, Pablo F. Iglesias y Sonia Polvorosa.
El proyecto se llama «eliminamos contenido»
Y si, no hace falta ser un lince para saber que el proyecto ayuda a gestionar la eliminación del contenido dañino o que las personas crean que no debe estar en internet.
El proyecto da cobertura a los diferentes problemas que pueden generar las redes en nuestra reputación digital y por eso, no deberías perderlo de vista.
¡Hasta la próxima entrega señores!
Foto: tuimagenprofesional
2 comentarios
¡Saludos Marina!
A mí personalmente me da gusto leer artículos así, y esto es porque en gran parte comparto lo que expones en él.
Posiblemente sea el camimo m´s duro y más difícil de conseguir las cosas, pero es algo que a medio y largo plazo empieza a dar sus frutos, como seguramente lo estás experimentando en tus propias carnes.
Construir una reputación digital sólida no creo que sea cosa de unos cuantos meses. En cierto modo es algo como el SEO. Se necesita tener paciencia y ser constante, ya que de otro modo o te acabas estancando o puedes destruir más rápido que contruir esta reputación.
Ya sabes, como siempre me llevo tu artículo de paseo por las redes 😛
¡Feliz semana!
Gracias Robert por pasarte por aquí y darme ese apoyo tan necesario para difundir mis contenidos. Tal y como comentas, es muy complicado construir una reputación sólida y es muy difícil echarla a perder. Las acciones no pueden espontáneas, debe existir una voluntad clara de trabajar en una dirección y asumir compromisos claros y permanentes con nuestros usuarios y clientes.
Un fuerte abrazo Robert!