Hablemos de tu futuro, de cómo el Internet de las cosas modificará la manera de organizar tu vida apoyada en el mundo digital.
¿Te preocupa sobrevivir profesionalmente en el futuro?
Quizás debas empezar a cuestionarte algunas cosas.
Nos educaron para la competencia, bajo la ley del más fuerte y la lógica del pez gordo.
También para el individualismo y la realidad, es que no abundan profesionales que comprendan la importancia de colaborar y apoyarnos unos a otros para crecer todos.
Los nuevos paradigmas económicos
Vamos a hacer un poco de futurología. En uno de mis post te hablé del marketing 3.0, basado en los valores éticos y sociales. Pues resulta que esa tendencia marcará el futuro de la sociedad.
Y no es que yo sea una iluminada, esto te lo planteo después de leer el libro de Jeremy Rifkin (Denver, 1943) “La sociedad de coste marginal cero. El Internet de las cosas, el procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo (Paidós) .
El 40% de la población utiliza Internet para crear una sociedad más sostenible basada en una economía colaborativa y en la comunicación.
El capitalismo, según el autor, en unos 35 años, será reemplazado por economías colaborativas.
Los prosumidores
Surgirá una nueva generación llamada los “prosumidores” -personas que producen lo que consumen. Podrán generar su propia energía o unos zapatos con una impresora 3D. Esto marcará la tercera revolución industrial.
El autor llama al espíritu de la comunicación solidario, el procomún colaborativo basado justamente en el Internet de las cosas (IDC), y se refiere al deseo de compartir información y conectarse-relacionarse-ayudarse unos a otros: en definitiva: generar alternativas socialmente sostenibles pensadas en el interés común.
Ser sostenibles y solidarios será la clave
Ya existen en el mercado muchos ejemplos de éxito de lo que Rifkin llama economía colaborativa, como AirBNB -alojamiento en casas de particulares como alternativa barata a los hoteles- portales de intercambio de objetos o Blablacar –para compartir el viaje y los gastos.
Este espíritu colaborativo, según Rifkin, minará al sistema capitalista, basado en el individualismo y en la necesidad de acumular.
Ya pasó en la edad media con los sistemas feudales, que fueron sustituidos por la unión de pequeñas parcelas para la explotación común.
La unidad de muchos, debería hacer claudicar a unos pocos que monipolizan servicios y productos.
Quizás sea una incorregible soñadora, quizás por eso, me gusta pensar que es posible reducir las desigualdades, democratizar la economía mundial y creer igual que Rifkin, en el crecimiento sostenible.
Quizás por eso, no he dejado de golpear puertas en busca de colaboraciones que nos permitan sumar esfuerzos y mejorar servicios.
No son muchos los que lo entienden así, desafortunadamente, el común sigue pensando que es mejor remar en solitario, aun a riesgo de naufragar.
Para Rifkin en cambio, las alternativas de éxito se basan en el procomún colaborativo.
¿A qué has quedado de piedra?
Rifkin lo tiene claro y afirma: “El poder de ese IDC (Internet de las cosas) ya se ve en hechos puntuales y su alcance será potente por su «capacidad aglutinadora, global e instantánea”.
Hacia la tercera revolución
Lo digital es lo que determina la tercera revolución.
La humanidad empieza a vivir en un sistema híbrido entre el capitalismo y el procomún colaborativo.
Los primeros síntomas se verán en la economía, con el surgimiento de las cadenas de valor y ayudas horizontales por iniciativa individual de la población o de pequeñas empresas.
Empezar a pensar en plural
El compartir ya forma parte de nuestra cultura en la red. Cientos de millones de jóvenes suben cada día vídeos con copyleft a internet. Lo mismo con blogs, redes sociales y contenidos.
También lo estamos viendo en fenómenos de autoaglutinamiento, surgidos y alimentados por la crisis y apoyados en las redes. Grupos de damnificados por las preferentes, stop desahucios, hepatitis B y otras tantas que han encontrado en las redes la manera de convocarse y ejercer presión colectiva.
El crowdfunding (micromecenazgo), el nacimiento de partidos políticos que han sabido instrumentar las redes para nutrir sus bases y seguidores.
Se trata, por encima de todo, de un cambio cultural en todo sentido, afirma Rifkin. La Red es el procomún por antonomasia de lo que ha hecho siempre el ser humano.
Internet ha socializado el conocimiento, la solidaridad, la capacidad de compartir.
Plataformas como Change.org han sabido instrumentar la red para que el reclamo individual sea colectivo y muchos individuos han conseguido ser escuchados gracias a la presión de los apoyos de miles de usuarios a una causa.
Defender el interés común, la mejor estrategia
Todo indica que hemos de empezar a pensar como especie y no como individuos aislados, generar valor, aprender a colaborar en lugar de competir.
Debemos dejar de intentar defender nuestras parcelitas individuales para defender parcelas más grandes, porque lo colectivo siempre suma más que lo individual.
Lo cierto, reconoce Rifkin, es que aún no está regulado todo y eso propicia que ocurran situaciones como la Flickr, en donde el portal pretendía obtener beneficios económicos de la donación voluntaria de autores.
Por eso debe crearse un sistema que regule esto para que quienes quieran ganar dinero con sus creaciones lo obtengan y los que prefieran el Creative Commons, libre de casi todos los derechos, circulen en la Red, algo del todo complicado con el nuevo canon digital, el mayor atropello al libre mercado y a la economía de la red de todas las leyes restrictivas de la democracia.
¿Qué pasará con la privacidad, la intimidad, la seguridad en un mundo interconectado?
En IDC, Internet de las Cosas, lo conecta todo: “Energía, transporte y comunicación. Las grandes compañías lo saben, le ponen sensores a cada parte de sus procesos para controlarlo todo. Hoy hay 13.000 millones de sensores que serán 100 billones, con b, en unas décadas. Conectando cada aparato, gadget, objeto con cada ser humano. ¿Qué pasará si esta información, estos datos, los monopolizan las grandes compañías de telecomunicaciones o Google o Facebook?” – se pregunta Rifkin.
Es un reto y un peligro a la vez. Deberíamos empezar a pensar en las consecuencias de esta hegemonía en la gestión de la información y como puede instrumentarse por la parte de las grandes empresas.
En un informe reciente, La AEPD analiza retos y posibilidades del Big data y el internet de las cosas
Sostiene que «Desarrollos como el Big data y el internet de las cosas suponen una fuente de innovación que puede generar grandes beneficios sociales y brindar importantes perspectivas de crecimiento pero, al mismo tiempo, plantean múltiples retos de privacidad y seguridad que no pueden ser ignorados»
En todo caso, espero que este post te haya ayudado a reflexionar sobre tu futuro y el de todos.
Imagen: LOVATTO
8 comentarios
Me ha gustado tu publicación Marina , estamos viendo como el Sistema nos exprime mas y mas cada día y esa es una de las formas de resistirse ,la colaboración de las «hormigas obreras «
Gracias Slavi, ojalá la «profecía se cumpla y consigamos avanzar hacia modelos menos despiadados y solidarios, si somos conscientes que el cambio empieza por cada uno, estaremos mas cerca de conseguirlo.
Gracias por contribuir a este blog, un abeazo
Marina,
Es interesante tu planteamiento, ojalá sea así.
Sobre que se podrá hacer como profesionales, creo que las «cosas» se
comunican entre ellas a partir de decisiones de personas, la influencia
personal en lo que se comunica será nuestra.
Para mí el Internet de las cosas es no tanto que las cosas se comuniquen
entre ellas, sino que esa interconexión, permitirá tener información sobre
todos nosotros, y una omnicomunicación. Esta la decidirá alguien, esos
alguien somos nosotros..
Nos puede gustar más o menos en cuanto a los datos, pero es un hecho que
sucederá, y para no existir costará mucho trabajo, eso sí, como dice mi
padre de la Música moderna: «Cuando se va la electricidad se chingó el
invento». Lo mismo, nos pasará, con la ventaja de que Internet está hecho
de workarounds de energía e información.
El punto de fondo es que todo hablará de nosotros, dónde estamos, que
comemos, a qué hora hacemos el café, nos gusta las chupachups, compramos A,
B, C, y así ad infinitum. Lo que comentas de comercio social y de cercanía,
me parece bonito, ya me encantaría y yo me declaro «comunista» de verdad,
pero lo podemos ver en Argentina que termina por no funcionar, acaban
siendo «comunas hippies».
Las redes sociales y la colaboración crowd me parece que no tiene que ver
con como colaboramos en la realidad, sino cómo se pueden hacer grupos a
partir de nuestras acciones monitorizadas de forma electrónica. Esto es,
como nos parecemos las personas por lo que hacemos y que tan cercanos somos
en nuestros consumos, para entonces tener casi un Matrix de todos.. Esto
claro, aunque está a cierto nivel individualizado, pasa igual que ahora, se
puede obtener información específica de alguien, sí, cuesta mucho, sí, la
pueden hacer muy pocos, sí.
Entonces en el fondo, creo que llegaremos a otra sociedad, en donde la
verdadera individualidad será como ahora pero aún más:
individualidad-social, porque al final, todos consumimos coca-cola,
estrella damn, Zara o terminamos siendo todos iguales con Desigual.
Simplemente, hoy compro yo, y de aquí a una semana te tocará a ti.
Finalmente, creo que estamos en un crecimiento poco sostenible, y se
tendrán que tomar decisiones fuertes para que los humanos sobrevivan a sí
mismos. Pero esto ya es otra historia de una profundidad filosófica, social
y tecnológica para otro tipo de discusión…. Jejeje…
El futuro es del todo incierto y esa es la única certeza. No obstante, coincido contigo Pau en que el modelo económico-social plantea una sostenibilidad muy frágil. Yo creo que estamos en un momento de cambios de paradigmas, la duda es como llegaremos a resolverlos.
Gracias por tu brillantísimo aporte Pau, es genial tenerte por aquí.
Gran post, además lo natural es colaborar y ayudarse no lo contrario, ya hay pensamientos críticos en el sentido de tu post pero al venir de fuera se le da más valor que si alguien lo escribe en un BloG pero ambos apuntáis en la misma dirección.
Gracias Carlos por comentar, siempre eres bienvenido.
Excelente, me ha gustado este artículo porque tiene mucha razón, pero también le veo un «contra» la economía no da para muchos el poder sobresalir de donde están, por ejemplo aquí en México, el salario para vivir al día no da para la mayoría de las personas, y con que trabajo tienen para poder comer.
Mucho menos para crearse por ejemplo zapatos en una impresora 3D.
Aunque a futuro creo que puede ser posible estabilizarlo, saludos.
Gracias Carlos por visitarme desde México. El post es fruto de estudios sociológicos que desde luego, están por verse, pero en todo caso, me encanta pensar que como civilización podemos avanzar hacia modelos económicos mas sostenibles y equitativos.
Un abrazo!